Vista de Illimani desde el lago Titicaca.
- 13/08/2004:
El Illimani es una montaña que se observa en todo momento desde La Paz. No importa donde estés, en cuanto doblas un edificio allí lo ves, al fondo del valle, con esa permanente visión es normal que mucha gente quiera subirlo. Esta cima es la montaña más alta de la Cordillera Real después del Huayna, nos preparamos para intentarlo. Hacemos todos los preparativos y salimos una mañana con Jony hasta el punto de partida. Un grupo vasco con el que hemos hablado nos previenen de que es una montaña muy fría y algo técnica vista la ausencia de nieve, así que nos equipamos por si acaso con estacas y dos piolets.
La aproximación en coche es muy larga porque aunque parezca que esta montaña está al lado de La Paz, cuesta mucho llegar en coche.Al llegar al pueblo, contratamos un arriero para que nos suba la carga con sus mulos y llegamos hasta el campo base donde haremos noche.
Vista de Illimani desde La Paz.
Iñigo y Gorka haciendo amigas.
Illimani desde el campo base.
Al día siguiente, subimos tranquilamente hasta nido de cóndores que se encuentra sobre los 5400 metros. En la subida apenas se toca nieve pero para ahorrarnos peso en la mochila, dejamos escondidas nuestras zapatillas y subimos con todo puesto. La subida es monótona al principio hasta coger una especie de arista de roca que nos va subiendo al emplazamiento del campamento, efectivamente un observatorio en medio del espolón rocoso en el que tampoco hay espacio para muchas tiendas. de todos modos sólo estamos nosotros y una pareja de neozelandeses que están de viaje de novios. Hay otro grupo que quiere atacar la cima otro día y que sube con porteadoras, nos quedamos alucinados. Estas mujeres suben las cargas en sus pañuelos y además van en sandalias, vaya vergüenza para nosotros. Al día sigueinte no madrugamos demasiado por el frío nocturno y poco a poco vamos saliendo hacia la cima.
El espolón rocoso se convierte en una arista de nieve que seguimos hasta ponernos al pie de una pala muy fuerte de nieve helada o hielo puro. Aquí como Gorka ha olvidado su segundo piolet hacemos dos largos hasta llegar a las rampas más suaves que nos llevan a la arista cimera.
La cima es un mirador excepcional, no hace frío y disfrutamos del panorama: Lago Titicaca, Huayna y el Sajama siguiente objetivo bien al fondo. Para bajar hacemos equipo con los neozelandeses y en la rampoa inclinada realizamos dos o tres rápeles (¡Qué bien que vienen las estacas!), poco a poco llegamos hasta nido de cóndores. Nuestros amigos se quedan a pasar noche, nosotros decidimos seguir hasta el campo base donde hemos guardado nuestras zapatillas y comida de sobra.
Al llegar al campo base, ¡sorpresa!, todo ha desaparecido, no nos quedan ni las zapatillas, ni la comida así que nos vemos obligados a seguir hasta el pueblo, la bajada con las botas de plástico se hace agónica, al final y ya de noche aterrizamos en el campo de fútbol del pueblo donde ponemos la tienda y nos tiramos a dormir.
No conseguiremos comer nada hasta el día siguiente en La paz adonde llegamos ¡con las botas de plástico puestas!
Porteadoras hasta nido de cóndores equipadas en sandalias.
Lago Titicaca desde nido de cóndores.
Vista del Illimani desde Nido de cóndores.
Iñigo con nuestro compañero neozelandés.
Xabi en la cima.
Gorka descendiendo.
Último rápel en el descenso.
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