Más allá de guías de macizos y manuales de técnica, la Literatura específica de esquí es un género casi inexistente. Por eso me parece interesante reseñar este libro que, con los años, va adquiriendo su tinte histórico.
Esquí extremo. Patrick Vallençant. Editorial RM, Barcelona, 1982.
Ha pasado el tiempo desde que descubrí este libro, debía de ser primavera y yo acudía a la biblioteca de mi ciudad para preparar el examen de selectividad (casi ná....). Entre tema y tema me tomaba largos descansos y me dirigía a la sección de Literatura de montaña para dejar correr la imaginación.
En una de esas, me fijé en un libro donde la foto de portada era bastante llamativa: Un personaje en camisa de cuadros haciendo un viraje en una pendiente imposible....Su nombre no lo había oído en mi vida pero todo ese cocktail se me hizo demasiado tentador como para no picar el anzuelo.
Por aquella época yo ya practicaba el esquí de montaña y cada vez que esquiaba en estación, me gustaba salsear por las palas y corredores a tiro, buscando ponerme a prueba. Por eso, descubrir un libro donde su protagonista descendía los corredores más míticos de los Alpes fue bastante impactante.
Años después volví a leerlo y la sensación fue bastante diferente; digamos que me decepcionó un poco, pero claro, lo comparaba con las sensaciones de mi primera lectura que habían sido muy altas.
El libro está escrito en modo autobiográfico y es sencillo de leer. Es posible que hoy en día no se encuentre fácilmente aunque en alguna página de internet lo he visto disponible.
El autor cuenta su evolución en el esquí y como va progresando y buscando las pendientes más reputadas de los Alpes y posteriormente de los Andes, desde las repeticiones de lo más difícil hasta entonces esquiado, hasta los primeros descensos de algunas líneas míticas.
En su lectura nos muestra también una personalidad un poco complicada que parece que tendía a quemar a los que le rodeaban. Tampoco oculta su lado competitivo y sus piques éticos con otros esquiadores.
Vallençant reivindicaba el Esquí de Pendiente como una disciplina más del alpinismo donde uno tenía que subir y bajar por sus propios medios con la menor ayuda externa posible. Por eso, mete un repaso a aquellos que usaban porteadores o helicópteros para poder llegar antes a una cima. En concreto, el primer descenso del Couloir Couturier en la Aiguille Verte se consiguió tras acceder a la cima en helicóptero. Aquello sentó horriblemente mal a Vallençant ya que consideraba esa primera como suya. Semanas antes, él ya había descendido el corredor con Anselme Baud aunque no desde la propia cima y contaba volver para hacer la integral. Por eso, que se la robaran y en helicóptero, fue para él una puñalada trapera y lo deja bien claro en el libro.
Tampoco esconde la rivalidad y los piques existentes con el mítico Jean Marc Boivin por la autoría de ciertas primeras, sobre todo en el capítulo de los Andes.
Lamentablemente tanto Patrick Vallençant como Jean Marc Boivin nos dejaron por sendos accidentes aunque ninguno de ellos fue esquiando.
En resumen, un libro interesante para aquel que aprecie el esquí alpinismo y su historia. Si no es el caso, igual no pasamos del primer capítulo.
En una de esas, me fijé en un libro donde la foto de portada era bastante llamativa: Un personaje en camisa de cuadros haciendo un viraje en una pendiente imposible....Su nombre no lo había oído en mi vida pero todo ese cocktail se me hizo demasiado tentador como para no picar el anzuelo.
Por aquella época yo ya practicaba el esquí de montaña y cada vez que esquiaba en estación, me gustaba salsear por las palas y corredores a tiro, buscando ponerme a prueba. Por eso, descubrir un libro donde su protagonista descendía los corredores más míticos de los Alpes fue bastante impactante.
En el Corredor Couturier (foto del libro).
El libro está escrito en modo autobiográfico y es sencillo de leer. Es posible que hoy en día no se encuentre fácilmente aunque en alguna página de internet lo he visto disponible.
El autor cuenta su evolución en el esquí y como va progresando y buscando las pendientes más reputadas de los Alpes y posteriormente de los Andes, desde las repeticiones de lo más difícil hasta entonces esquiado, hasta los primeros descensos de algunas líneas míticas.
En su lectura nos muestra también una personalidad un poco complicada que parece que tendía a quemar a los que le rodeaban. Tampoco oculta su lado competitivo y sus piques éticos con otros esquiadores.
Primer descenso de la Aiguille Blanche de Peuterey (foto del libro).
Vallençant reivindicaba el Esquí de Pendiente como una disciplina más del alpinismo donde uno tenía que subir y bajar por sus propios medios con la menor ayuda externa posible. Por eso, mete un repaso a aquellos que usaban porteadores o helicópteros para poder llegar antes a una cima. En concreto, el primer descenso del Couloir Couturier en la Aiguille Verte se consiguió tras acceder a la cima en helicóptero. Aquello sentó horriblemente mal a Vallençant ya que consideraba esa primera como suya. Semanas antes, él ya había descendido el corredor con Anselme Baud aunque no desde la propia cima y contaba volver para hacer la integral. Por eso, que se la robaran y en helicóptero, fue para él una puñalada trapera y lo deja bien claro en el libro.
En el Yerupaja (foto del libro).
Tampoco esconde la rivalidad y los piques existentes con el mítico Jean Marc Boivin por la autoría de ciertas primeras, sobre todo en el capítulo de los Andes.
Lamentablemente tanto Patrick Vallençant como Jean Marc Boivin nos dejaron por sendos accidentes aunque ninguno de ellos fue esquiando.
En resumen, un libro interesante para aquel que aprecie el esquí alpinismo y su historia. Si no es el caso, igual no pasamos del primer capítulo.
Yerupaja (foto del libro).
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